Aun cuando sigue siendo turbio el origen exacto del coronavirus, los científicos han estado compitiendo para determinar cómo saltó de los animales a los humanos para poder prevenir otra pandemia.
La próxima pudiera ser solo cuestión de tiempo, según sugiere un estudio publicado recientemente.
Los autores afirmaron que un virus con capacidad similar para infectar a los humanos quizá ya exista, transportado por un tipo de murciélagos conocidos por tener "hojas" en forma de herradura en sus narices.
Los científicos hicieron esa predicción después de construir un árbol genealógico del coronavirus; trazando su ascendencia al comparar su código genético con el de otros coronavirus encontrados en murciélagos, humanos y un animal escamoso llamado pangolín.
El linaje del virus que causa el COVID-19 parece haberse ramificado a partir de sus parientes virales más cercanos hace unos 40 a 70 años, escribieron los autores en Nature Microbiology. Y otros virus de la misma rama de la familia probablemente comparten una capacidad similar para adherirse a las células de las vías respiratorias humanas, explicó Maciej F. Boni, biólogo de la Pennsylvania State University y autor principal del estudio.
"Es muy probable que haya muchos otros linajes que nadie conoce, ya que nadie ha tomado muestras, los cuales circulan tranquilamente en los murciélagos", dijo. "Potencialmente todos ellos pudieran tener esta capacidad de infectar células humanas".
Rastrear los árboles genealógicos de los virus es un desafío, ya que los microbios mutan e intercambian secciones de sus genomas de manera que es difícil saber qué pasó y cuándo.
Los coronavirus, en particular, son propensos a este tipo de recombinación, en parte porque un murciélago puede portar varios tipos a la vez. Un virus dentro de un murciélago puede recoger fácilmente trozos de código genético de otros virus que infectan al mismo animal; por ejemplo, tomar las instrucciones para engancharse a las células humanas de una fuente, mientras que recoge el código para penetrar en las membranas celulares de otra.
Sin embargo, utilizando una batería de técnicas estadísticas, los científicos identificaron tres regiones genéticas en el coronavirus que parecían haber permanecido intactas durante décadas. Identificaron las mismas tres regiones en otro coronavirus que provenía de un murciélago encontrado en Yunnan, una provincia del sur de China cerca de Laos.
Ese virus no puede infectar a humanos pero, por lo demás, es muy similar al que causó la pandemia, el cual fue identificado por primera vez en pacientes humanos en la ciudad de Wuhan. Los dos virus parecen haberse ramificado en el árbol genealógico en algún momento de la década de 1960, y casi con toda seguridad tienen primos no descubiertos con el potencial de infectar a los humanos, dijo Boni, quien colaboró con científicos en Europa y China.
La investigación representa un valioso avance en el rastreo del origen del coronavirus responsable del COVID-19, dijo Alina Chan, bióloga molecular del Broad Institute en Cambridge, Massachusetts, quien no participó en el estudio.
"Lo han acotado", dijo.
Una buena forma de buscar primos de estos dos coronavirus sería tomar muestras de murciélagos a lo largo de los cientos de kilómetros que separan Yunnan y Wuhan, dijo Boni, miembro del Center for Infectious Disease Dynamics de Penn State. Eso pudiera orientar las estrategias para evitar que esos virus "salten" de los murciélagos a los humanos en el futuro, tal vez identificando mercados de animales vivos donde se puedan aplicar mejores medidas de higiene.
En un principio se pensó que el coronavirus responsable de COVID-19 había saltado de animal a humano en un mercado de este tipo en Wuhan, pero las autoridades chinas descartaron más tarde esa posibilidad, ya que algunos de los primeros pacientes no tenían ninguna conexión aparente con ese mercado. Los científicos han especulado desde entonces que la fatídica transmisión ocurrió en algún otro mercado. Los funcionarios de los servicios de inteligencia de Estados Unidos han sugerido que pudo haber sido liberado accidentalmente de un laboratorio de investigación, pero los virólogos de los círculos académicos son generalmente escépticos con respecto a esa teoría.
Por sí misma, la presencia de coronavirus similares en murciélagos no significaría que otra pandemia sea inminente, dijo Kevin Olival, vicepresidente de investigación de EcoHealth Alliance, una organización sin fines de lucro que trabaja con científicos de todo el mundo para proteger a las personas y animales de enfermedades infecciosas.
El tamaño y la variedad de la población de murciélagos relevantes y el comportamiento de los humanos también forman parte de la ecuación.
"Para calcular el riesgo, hay que unir todas esas piezas", dijo.
Entre los países en los que la organización sin fines de lucro ha trabajado con científicos locales para tomar muestras de poblaciones de murciélagos está China, aunque la financiación de Estados Unidos para esa colaboración fue suspendida por la administración de Trump, y los funcionarios citaron la teoría del virus liberado de un laboratorio chino. Más de 70 galardonados del Nobel denunciaron la decisión.
Lo que no se discute es que los virus han estado saltando de los animales a los humanos durante siglos, y que eso volverá a suceder.
Y los coronavirus transportados por murciélagos son los principales sospechosos.
Predicciones similares se han hecho antes; como en 2013, cuando un artículo de la revista Science fue titulado "Los murciélagos podrían ser portadores de la próxima pandemia de SARS".
Por supuesto, como el mundo ahora sabe muy bien, eso se hizo realidad.
– Este texto fue traducido por Kreativa Inc.
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