JUNEAU, Alaska —
Hasta hace poco, Fred von Brandt lo guardaba en un armario de ropa blanca en una casa de Big Lake, al norte de Anchorage. Von Brandt se dedica a la extracción de oro en Alaska, y su familia tiene profundas raíces en el negocio de las gemas y las rocas.
El ópalo es más grande que un ladrillo y está partido en dos trozos, lo que, según Von Brandt, era una práctica utilizada hace décadas para demostrar la calidad de las gemas.
Von Brandt dijo que la piedra ha estado en su familia desde finales de la década de 1950, cuando su abuelo la compró a un comerciante de ópalos australiano llamado John Altmann.
Von Brandt indicó que durante décadas el ópalo estuvo bajo el cuidado de su padre, Guy von Brandt, quien decidió que ya había estado “encerrado tiempo suficiente; que es hora de volver a sacarlo al mundo y ver qué interés puede generar”.
“Me encomendó que averiguara en qué dirección queríamos avanzar para separarnos de la piedra”, comentó Von Brandt a The Associated Press.
La familia, con raíces en California, exhibió el ópalo en ferias de gemas durante años, hasta la década de 1980, dijo. Entonces su padre decidió dedicarse a los muebles y la expuso en su tienda.
Guy von Brandt se trasladó finalmente a Oregón y mantuvo la piedra “como escondida” durante muchos años, señaló Von Brandt.
Indicó que la trajo con él a Alaska hace más de un año mientras sopesaba el mejor enfoque para una posible venta. Dijo que se decantó por Alaska Premier Auctions & Appraisals porque pensó que recibiría más atención de una empresa más nueva que de una casa de subastas más grande. La venta está prevista para el domingo.
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