Los restos de una mujer que se creía vampira fueron descubiertos durante un trabajo arqueológico en un cementerio del siglo XVII en el pueblo de Pien, Polonia. Según la creencia popular, la mujer había sido clavada en el suelo con una hoz en la garganta para evitar que regresara de entre los muertos.
En el contexto histórico, la creencia en vampiros era común en muchas culturas antiguas, incluyendo algunas regiones de Europa. Se creía que los vampiros eran seres reales que se alimentaban de la sangre de los vivos y que podían regresar a la vida después de la muerte.
En algunas culturas europeas, como la polaca, se practicaba la costumbre de clavar objetos en el cuerpo de los fallecidos, como la mencionada hoz en la garganta, como medida preventiva para evitar que los muertos se levantaran de sus tumbas y se convirtieran en vampiros. Esta práctica se conoce como "aplastamiento del cadáver" y era una forma de proteger a la comunidad de los peligros que se creían que podrían emanar de los cuerpos de los fallecidos.
El descubrimiento de los restos de la mujer en el cementerio del siglo XVII en Pien, Polonia, es un ejemplo interesante de cómo las creencias populares y las prácticas culturales pueden influir en las tradiciones funerarias y las prácticas de entierro en una determinada región o época.
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