Una pelea y un apuñalamiento dentro de una bodega se extendió a la calle y terminó con un joven muerto a tiros por detectives NYPD en un confuso incidente ayer a plena mañana en El Bronx.
Una pelea dentro de una bodega se extendió a la calle y terminó con un joven asesinado a tiros por la policía en un confuso incidente ayer a plena mañana en El Bronx (NYC).
Según el jefe de detectives de NYPD, James Essig, los miembros del escuadrón de órdenes judiciales de Queens estaban investigando un incidente separado mientras estaban estacionados afuera de la bodega en East Gun Hill Road y Hull Avenue a las 11:30 a.m., cuando un auto Lexus blanco se estacionó en doble fila junto a ellos.
Un hombre de 29 años salió del automóvil, entró en la tienda y apuñaló a un joven de 21 años que tenía un arma. El herido persiguió a su agresor y disparó contra el Lexus, dijo Essig. Dos detectives dispararon contra el joven pistolero, hiriéndolo. Fue llevado a NYC Health + Hospitals/Jacobi, donde murió.
El hombre de 29 años que empuñaba un cuchillo huyó de la escena y fue encontrado poco tiempo después con una herida en la cabeza. Fue recluido en condición estable en el Hospital St. Barnabas. La policía dice que no sabe qué conexión tenían los hombres entre sí o por qué estaban en la bodega, señaló Fox News.
“Tenemos que analizar los antecedentes de las personas involucradas y lo que estaban haciendo y qué provocó esta discusión”, dijo Essig, citado por ABC News. Los dos detectives no llevaban cámaras corporales cuando dispararon al hombre que murió, añadió.
La policía no reveló inmediatamente el nombre de los involucrados, pero al parecer el fallecido era de origen dominicano, según NY1 Noticias.
En Nueva York, el interior y los alrededores de las bodegas son con frecuencia escenas de crímenes, tanto robos como homicidios.
A principios de julio un empleado dominicano fue arrestado por matar a un intruso durante un enfrentamiento en una bodega en Harlem. Días después quedó exonerado de todos los cargos, en medio de una polémica en la que hasta el alcalde de Nueva York, Eric Adams, lo apoyó diciendo que era un trabajador que había actuado en defensa propia. El caso sirvió además para reavivar las quejas por la creciente inseguridad en las tiendas y bodegas de Nueva York.
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