Seguro conoces los grupos sanguíneos A, B, AB y O. Son los más conocidos. Pero hay muchos otros y recientemente se descubrió el sistema número 44.
Probablemente conozcas los 2 sistemas principales de grupos sanguíneos: el sistema AB y el sistema rhesus.
Bajo el sistema AB, hay 4 tipos de sangre principales A, B, AB y O. Y cada uno de estos puede ser “rhesus positivo” o “rhesus negativo”. Sin embargo, puede que te sorprenda saber que hay muchos más sistemas de grupos sanguíneos además de estos 2.
De hecho, los investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, completaron recientemente el sistema del grupo sanguíneo número 44 llamado Er.
La sangre está conformada por glóbulos blancos, plasma, plaquetas y glóbulos rojos. Son los glóbulos rojos los que definen estos sistemas de clasificación.
Aunque todos los glóbulos rojos sanos parecen iguales en el microscopio, una mirada más detallada muestra que tienen diferencias cruciales en los “antígenos“: proteínas y azúcares que recubren la superficie de los glóbulos rojos. Son estos antígenos los que determinan a qué grupo sanguíneo pertenece una persona.
Tranfusiones y embarazo
La mayoría de las personas viven sin pensar realmente en su grupo sanguíneo, pero hay dos etapas en la vida en las que los grupos sanguíneos son fundamentalmente importantes: durante el embarazo y cuando se necesita una transfusión de sangre.
Los grupos sanguíneos ABO son los más reconocidos. El médico y biólogo austriaco Karl Landsteiner los descubrió en 1900. Se dio cuenta de que cuando mezclaba sangre de diferentes personas en su laboratorio, a veces tendía a formar grumos.
Landsteiner encontró tres tipos de grupos sanguíneos, a los que llamó A, B y O (del alemán ohne, que significa sin o nulo, porque no se agrupa en absoluto). Los investigadores del laboratorio de Landsteiner descubrieron más tarde un cuarto grupo sanguíneo: AB.
Hoy en día, sabemos que la razón por la que las personas con, digamos, el grupo sanguíneo A no pueden donar sangre a las personas con el grupo sanguíneo B es por los antígenos.
Alguien con A tiene el antígeno A en la superficie de sus glóbulos rojos y anticuerpos en su plasma que atacan a los glóbulos rojos B, que se ven como invasores. (Los anticuerpos son proteínas en forma de Y que neutralizan cosas que no pertenecen al cuerpo, como bacterias y virus dañinos).
La razón por la que Landsteiner notó que la sangre O nunca forma grumos es porque no tiene antígenos en los glóbulos rojos, por lo que los anticuerpos no tienen motivos para atacarla. Este grupo sanguíneo sigue siendo el más importante cuando se trata de transfusiones.
Las personas con AB pueden recibir sangre de cualquier otro grupo (su plasma no tiene anticuerpos anti-A, anti-B). Las personas con O pueden donar a cualquier otro grupo y, por lo tanto, se les conoce como “donantes universales”.
También es, afortunadamente, el tipo de sangre más común: alrededor del 48% de las personas en Reino Unido lo tienen.
Darle a la gente la sangre equivocada solía causar un número significativo de muertes. Sin embargo, dado que nuestra comprensión de la sangre y los grupos sanguíneos ha aumentado, este número ha disminuido sustancialmente.
Muchos otros grupos sanguíneos
Después de la agrupación ABO, el siguiente grupo más comúnmente reconocido es rhesus. Se relaciona con la presencia de otra proteína en la superficie de los glóbulos rojos y también es uno de los grupos sanguíneos más complejos.
Las personas son positivas o negativas. Ser rhesus (Rh) positivo es más común que negativo. El 85 % de la población de Reino Unido es Rh positivo, por ejemplo.
El Rh puede causar un riesgo significativo en el embarazo, particularmente durante el trabajo de parto, cuando existe la posibilidad de que la sangre materna y fetal se mezclen.
La mezcla de sangre puede causar incompatibilidad Rh donde la madre tiene sangre Rh negativa y el bebé tiene sangre Rh positiva. Esto hace que la madre produzca anticuerpos contra los glóbulos Rh positivos del bebé. (El tipo de sangre se hereda. Una mujer con sangre Rh negativa puede tener un bebé Rh positivo si el tipo de sangre de su pareja es Rh positivo).
Si bien esto no suele ser un problema en el primer embarazo, presenta un mayor riesgo para los embarazos posteriores en los que el feto es Rh positivo, ya que la madre retiene un nivel bajo de anticuerpos Rh circulantes.
En cualquier embarazo posterior, existe el riesgo para un feto Rh positivo de que estos anticuerpos maternos atraviesen la placenta y comiencen a destruir los glóbulos rojos del feto.
Cuando estos diferentes grupos sanguíneos no se detectan, pueden provocar una reacción inmunitaria que tiene el potencial de matar al feto.
Este fue el caso del descubrimiento más reciente del grupo sanguíneo 44 (específicamente, 2 nuevas variaciones de antígenos llamadas Er4 y Er5), donde el bebé sufrió una hemorragia y lamentablemente falleció. Puede tomar tan solo 0,01 ml de sangre para que se mezcle la sangre del feto y la de la madre para causar la muerte.
Afortunadamente, existen tratamientos como las transfusiones de sangre intrauterina para el feto, que pueden evitar que esto suceda.
Otros grupos
El siguiente grupo, que es uno de los grupos sanguíneos más complejos, es el grupo Kell. Fue descubierto en 1946 y lleva este el nombre por la “Sra. Kellacher”.
Esta madre expresó anticuerpos anti-K(ell) ante su feto positivo para K. En la enfermedad hemolítica de Kell, las células precursoras de los glóbulos rojos se destruyen, lo que provoca una anemia extrema y, en ocasiones, mortal en el feto.
También hay muchos otros grupos sanguíneos, incluidos los sistemas Duffy, MNS, Lutheran, Kidd, P y Lewis, que, como los descritos anteriormente, tienen el potencial de desencadenar una reacción inmunitaria, especialmente entre la madre y el feto.
Estos son algunos de los grupos sanguíneos más comunes que se reconocen y deben tenerse en cuenta al planificar cualquier tipo de transfusión de sangre para minimizar el riesgo de reacción.
Afortunadamente, existen protocolos para garantizar que la sangre se compare y verifique adecuadamente antes de administrarla para minimizar cualquier riesgo.
Sin embargo, cuanto más raro sea tu grupo sanguíneo, más difícil puede ser obtener sangre para una transfusión, en caso de que la necesites.
Dedica un pensamiento a aquellas personas que se describen como de “sangre dorada”. Es tan rara que se cree que menos de 50 personas en el mundo la poseen.
*Adam Taylor es profesor y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clímnica, Universidad de Lancaster, Reino Unido.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
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