El primer ministro de Italia, Mario Draghi, presentó su renuncia este jueves, después que el Movimiento Cinco Estrellas, un socio clave de la coalición de gobierno, no participó en un voto de confianza sobre un decreto clave.
“En los últimos días ha habido el máximo compromiso por mi parte para continuar por el camino común, tratando también de atender las necesidades que me han adelantado las fuerzas políticas. Como se desprende del debate y la votación de hoy en el Parlamento, este esfuerzo no fue suficiente”, agregó.
La renuncia se produce después que el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), anteriormente antisistema, dividido por luchas internas y una hemorragia de apoyo en las encuestas, se negó a participar en un voto de confianza, a pesar de la advertencia de Draghi de que no continuaría sin su respaldo.
Tras la votación, Draghi, quien tuvo que hacer frente a la campaña de vacunación contra el covid-19 y a la crisis generada por la guerra rusa contra Ucrania con todas sus consecuencias políticas y económicas, dio cuenta de la situación al presidente Mattarella en un encuentro de una hora de duración. Posteriormente, anunció su renuncia.
Giuseppe Conte, ex jefe de gobierno y actual líder del M5E, anunció el miércoles por la noche que los senadores de su partido no asistirían al voto de confianza.
La negativa de Conte se debió a que el decreto-ley propuesto por Draghi, con medidas para ayudar a familias y empresas frente a la inflación, también contenía un proyecto de construcción de un incinerador de basura para Roma, a lo que los antisistema se oponen con fuerza por considerarlos costosos, contaminantes, ineficientes y superados como tecnología.
Draghi ha anticipado en varias ocasiones que sin el apoyo del M5E iba a dar por concluido su mandato, pese a que el partido antisistema, vencedor de las elecciones en 2018 con el 32% de los votos, se encuentra en plena descomposición y muchos de sus parlamentarios (unos 50) han emigrado a otras formaciones.
El ex líder del M5E y actual ministro de Relaciones Exteriores Luigi Di Maio fundó inclusive su propio partido, llamado Juntos por el Futuro (IPF), e intenta ganar visibilidad en vista de las elecciones legislativas previstas para principios del próximo año.
Si no se forma antes otro Ejecutivo, la caída del gobierno de Draghi podría desencadenar elecciones anticipadas, en un contexto complicado por al aumento de la inflación y a las reformas aún pendientes exigidas para el plan de recuperación financiado por la Unión Europea, que otorgó cerca de 200.000 millones de euros (casi la misma cifra en dólares).
Draghi, prestigioso economista y ex presidente del Banco Central Europeo, fue invitado en febrero del 2021 por el presidente de la República Sergio Mattarella para liderar una coalición heterogénea que reúne a casi todos los partidos representados en el parlamento.
La única excepción es el partido de extrema derecha Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), que permaneció en la oposición y resulta el gran favorito en los sondeos.
Como el sistema parlamentario que rige a Italia es complejo, Draghi podría teóricamente obtener un nuevo mandato y pueda gobernar con otra mayoría. Sin embargo, esta hipótesis parece improbable.
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