Como todos los inicios, el de Marita no fue fácil, especialmente al ser mujer y latina. No obstante, el sacrificio, la constancia y la preparación han sido sus claves para alcanzar todo lo que se ha propuesto.
Todo parecía indicar su destino: Google
En septiembre de 2007, se mudó a Londres, capital de Inglaterra, para estudiar Publicidad y Mercadeo en la universidad de Greenwich. Su pasantía entonces fue sobre Google, específicamente cómo se hace marketing con los buscadores de Internet.
“En el segundo año de la carrera de Publicidad, hice una pasantía en una compañía digital y vi todas las oportunidades que habían, me gustó bastante porque es una industria muy divertida y tienes que ser sociable y como dominicana al fin dije: ‘no, aquí es que voy a ir'”, cuenta la ahora especialista en publicidad para medios digitales.
En uno de los aniversarios del buscador, en la agencia publicitaria en que trabajó a sus inicios recibieron bizcochos enviados por la empresa y desde aquel momento guardaba una foto de ellos que le recordaba su expresión de ese día: “No te apures que yo voy a trabajar ahí”.
Tenía su objetivo bastante claro, pero no se hizo nada fácil. Luego de 10 años en los que adquirió experiencia y demostrar que era la persona correcta para el puesto, en el primer trimestre de 2020, durante plena pandemia y mientras estaba en República Dominicana, fue contactada para ello.
“Estaba en casa, la hicimos virtual por cuestión de la pandemia y tenía los nervios de punta porque pensaba Dios mío se me va a ir la luz o se me va a apagar la computadora”, narra con una mirada de quien aún no cree cómo sucedió todo.
La oferta tocó a su puerta mientras trabajaba en una empresa afiliada a Google. Jellyfish, nombre de la entidad, le dio la oportunidad durante dos años y siete meses de ofrecer entrenamientos de marketing y transformación digital, así como también de publicidad programática, a empresas de toda Europa.
La entrevista fue todo un éxito, pero Google no podía contratarla inmediatamente debido a la incertidumbre de la entonces recién esparcida pandemia por Covid-19 a nivel global.
“Llegué, pero no llegué”, fue el pensamiento que le asaltó. Sin embargo, el nerviosismo acabó cuando tiempo después recibió un correo electrónico en el que expresaban su interés de que sea parte de sus equipos de trabajo.
Inició en Google Londres en febrero del año pasado y siete meses más tarde pasó a Irlanda, donde está la oficina central de Google Europa y regiones cercanas.
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