Miah Cerrillo terminó con fragmentos de bala en la espalda, pero ya ha sido dada de alta. Estaba en el aula en la que irrumpió el tirador que mató 19 de sus compañeros y a dos maestras.
Miah Cerrillo, de 11 años, sobrevivió a la masacre en la escuela de Texas y lucha por superar la pérdida de su maestra y sus amigos en el trágico tiroteo del martes pasado.
Su tía Blanca Rivera dijo que la pequeña fue testigo de la muerte a tiros de su maestra y sus compañeros.
“Miah vio a su amiga llena de sangre, sacó sangre de ella y se la puso encima”, dijo Rivera, explicando que su sobrina debió activar el modo supervivencia para salir con vida del tiroteo, según el medio Click 2 Houston.
La niña también resultó herida, pero ya ha sido dada de alta del hospital.
“Mi hermano dijo que tenía fragmentos de bala en la espalda”, afirmó Rivera.
La tía declaró a KPRC que Miah parecía estar bien hasta que llegó a su casa el martes por la noche.
“Alrededor de la medianoche, mi cuñada me llamó llorando como. Me dijo ‘creo que todo esto acaba de golpear a Miah. Creo que todo se hizo realidad. Estamos en casa, y ella está llorando y con ataques de pánico’”, dijo Rivera.
Añadió que ahora el trabajo de la familia es acompañar a Miah física, emocional y espiritualmente.
“En este momento, sólo tenemos que rezar y pedir a Dios que nos ayude a superar esta situación. Sé que es traumatizante y que una niña de 11 años pase por esto, no puedo imaginar lo que está sintiendo”, precisó Rivera.
Otro alumno de cuarto grado también explicó cómo hizo para sobrevivir al tiroteo en la escuela de Texas. Según el medio The Sun, se escondió cuando el tirador irrumpió y dijo: “Es hora de morir”.
El joven dijo que él y varios de sus amigos escaparon corriendo bajo una mesa con un mantel como cobertura.
“Cuando oí los disparos a través de la puerta, le dije a mi amigo que se escondiera debajo de algo para que no nos encontrara”, declaró KENS 5.
“Me escondí con fuerza. Y le decía a mi amigo que no hablara porque nos iba a oír”, añadió.
El niño contó que sus profesoras, Irma García y Eva Mireles, intentaron salvar a sus alumnos.
“Eran buenas profesoras. Se pusieron delante de mis compañeros para ayudar. Para salvarlos”, señaló.
Fuente: Infobae
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