Cuando la inflación se ha transformado en una ola que recorre el mundo, con Estados Unidos marcando su mayor nivel en los últimos 39 años al escalar a un histórico 7%, América Latina también sigue la tendencia alcista.
Así lo están viviendo países como Brasil (con un aumento de precios de 10% en el último año), México (7,1%), Chile (7,2%), Perú (6,4%), Colombia (5,6%), o Argentina (50%).
Las seis mayores economías de la región han sido testigo del aumento en el costo de la vida impulsado, entre otras cosas, por el incremento en el precio de los productos energéticos y los alimentos, los atascos en las cadenas de suministro que mueven los productos de un país a otro, la subida en los niveles de consumo y la recuperación económica global tras casi dos años de pandemia.
Con niveles inflacionarios que han llegado a mucho más del doble del rango considerado por cada país como aceptable, el dinero tiene un valor cada día menor.
"A la inflación se le ha llamado el impuesto más lacerante para las familias, especialmente en los segmentos más pobres, porque algunas gastan más de la mitad de su presupuesto en alimentos", le dice a BBC Mundo José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC) de México.
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