Obtener la nutrición adecuada, por supuesto, es una gran parte de eso. “Cómo y qué comemos influye en cómo nos sentimos, así que, además de beber mucha agua como punto de partida, para comenzar el año de manera saludables es determinante seguir algunos lineamientos. Desde evitar enfocarse en la práctica de una dieta sin evidencia y optar por una alimentación intuitiva hasta animarse a darle prioridad a nuevos alimentos de origen vegetal y otras formas de presentación (smoothies, croquetas, galletas, dips, yogures naturales y hamburguesas caseras)”, aseveró en diálogo con Infobae la licenciada en Nutrición Delfina Fahey (MP 3438).
1. Evitá las dietas “detox”
Las investigaciones han demostrado una y otra vez que la desintoxicación y las dietas restrictivas en calorías no funcionan. “Olvidarse de los alimentos indulgentes y simplemente remplazarlos con alimentos integrales frescos es clave. Recomiendo comer tres comidas al día que consistan en proteínas magras (una cuarta parte de tu plato), carbohidratos complejos (una cuarta parte de tu plato) y una variedad de verduras (la mitad de tu plato)”, aconsejó la reconocida nutricionista Rosemary Ferguson en diálogo con Vogue.
2. Tené una mentalidad constante
En la misma línea, la terapeuta nutricional Eve Kalinik aconseja comenzar a desarrollar hábitos saludables que podamos mantener de manera constante durante el año. “No caigas en la tentación de probar cosas extremas, estropea el metabolismo a largo plazo. Mi principal consejo es ser constante a lo largo del tiempo”, aseguró.
Rhian Stephenson, nutricionista, naturópata y fundador de Artah, está de acuerdo y enfatiza que la consistencia es el camino más efectivo para sentirse bien. “Hay algunos hábitos básicos que a menudo se interponen en el camino”, explicó. “Una de las que más escucho es la noción de ‘comenzar de nuevo el lunes’, que generalmente sigue a una indulgencia no planificada a mitad de semana. La percepción es que sus esfuerzos saludables están arruinados, por lo que harán una pausa y comenzarán de nuevo el lunes“.
Stephenson dice que esta mentalidad comúnmente conduce al estrés, la culpa y la frustración. “En cambio, si salimos y comemos una comida poco saludable, tratemos de comer bien al día siguiente. Es clave no tirar la toalla y dejar que se conviertan en cinco días de comida poco saludable, seguidos de una restricción”, remarcó la experta.
3. Obtené tu cuota de fibra
“Aumentá la fibra en tu dieta, a través de una amplia variedad de frutas y verduras”, destacó Ferguson. La especialista recomienda apuntar a una variedad de diferentes colores del arco iris en el plato, y tratar de obtener de 8 a 10 porciones cada día.
4. Comé según la temporada
Puede ser útil modificar la forma de comer según la temporada. “Cambiar las ensaladas frías de verano por otras calientes y los batidos por sopas en invierno, es un ejemplo”, aconsejó Stephenson, y lo mismo ocurre con el verano. Esta también es una buena manera de comer productos frescos, orgánicos y de temporada.
5. ¡Movete!
Puede que no esté directamente relacionado con la dieta, pero un poco de movimiento todos los días es clave para equilibrar el azúcar en la sangre y ayudar a controlar la hormona leptina, que controla nuestro apetito. “El movimiento es fundamental no solo para controlar el peso y el tono muscular, sino también para equilibrar nuestras hormonas”, concluyó Ferguson.
6. Conocé la trazabilidad alimentaria
La trazabilidad es una herramienta indispensable para asegurar que los alimentos sean de calidad y aptos para el consumo. Ya sea si estás intentando perder peso o simplemente para sentirte más saludable, la transparencia alimentaria es un gran punto de partida. La nutricionista Sharon Palmer de California le dijo al HuffPost que alienta a las personas a que sepan cómo llegó a su plato la comida que está comiendo. “Háganse preguntas como, ‘¿El producto proviene de productores locales? ¿Cómo lo cultivaron? ¿Dónde se hornea el pan? ¿Cómo se produjo el cereal de desayuno de esta mañana? ¿De dónde proceden todos los ingredientes? La transparencia y trazabilidad alimentaria nos ayudan a prestar atención a lo que hay en nuestra comida”, destacó Palmer.
7. Probá las bebidas sin alcohol
Para la nutricionista y dietista Amy Gorin, “beber menos, pero seguir disfrutando de lo que bebe, es una excelente manera de reducir tanto la ingesta de alcohol como las calorías”. “Hay tantas opciones que podemos probar diferentes bebidas sin alcohol y ver qué nos gusta”, concluyó.
FUENTE: INFOBAE
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